Cuanto más duro es el
trabajo, más merecido es el descanso. Han sido duras las últimas semanas, de
esfuerzos y noches sin dormir. Ahora llega la Noche Buena, por definición, por
tradición y sentimiento, aquella que trae la luz al mundo. Llega la hora de la
familia y de celebrar los valores auténticos, esos que nos sostienen luego el
resto del año.
Nuestra fe, siempre de vida
y alegría, se reviste de forma especial no con un adornismo vacío, sino con un
gozo pleno de significado profundo, el que posee el mayor testimonio de amor
jamás ofrecido. Porque cada niño al nacer nos trae el mensaje de que Dios no ha
perdido aún la esperanza en los hombres.
20 diciembre 2013. Atardecer en Pedregalejo. Málaga |