Varios alumnos de nuestro grupo participan en el proyecto COMENIUS que el colegio de La Presentación tiene suscrito desde 2010 para estudiantes de Secundaria. Una de ellas, MDELVDE, ha podido acudir al último encuentro realizado y nos aporta una preciosa crónica donde resume su experiencia y lo que el viaje le ha desvelado.
"Turquía, ahora no se me ocurre ningún otro lugar en el que me hubiera gustado pasar mis vacaciones de Semana Blanca.
Este viaje ha sido una gran aventura, una lección sobre arte, historia, cultura, hospitalidad y también sobre la vida. Esta lección no se puede aprender en libros o en Internet, presiento que no os la puedo explicar sin quedarme corta. Porque los libros no se pueden comparar con la gran experiencia de convivir con personas de tantos países; de conocer Turquía a través de su gente, que ellos te transmitan su cultura y sus vivencias, de visitar pueblos interiores como Karadag (apenas 40 habitantes), de levantarte a las 6:00 am con la oración o asomarte a la ventana y ver cientos de minaretes apuntando a los maravillosos amaneceres que dan color a la antigua Constantinopla.
Llegamos con nervios y sin saber qué íbamos a encontrarnos -por alguna razón no se tiene muy buena imagen de este país- pero lo cierto es que volvimos de allí con lágrimas en los ojos, con muchos recuerdos, amigos y una imagen real de Turquía.
Ahora pienso en este país y pienso en su gran cultura, hospitalidad y belleza. Me vienen recuerdos como el atardecer en el Bósforo, las visitas a las mezquitas, los paseos por Estambul y Karaman, la comida, la gente, el picnic en la nieve, las risas, las horas bailando sus bailes típicos y las mil y una historias que nos contaron sobre su pueblo.
Este viaje me ha aportado mucho más que otros, nos ha enseñado valorar más lo que tenemos porque aunque en Estambul no se note tanto la pobreza, en Karaman (ciudad donde se llevó a cabo el proyecto) y en los pueblos de alrededores sí. Hemos presenciado escenas que ponen los pelos de punta, hemos visto niños de 8 o 9 años trabajando en un restaurante o numerosos barrios con casas en las que nunca nadie desearía vivir.
Aun puedo sentir el escalofrío que recorrió mi cuerpo cuando llegamos al colegio y estaban todos los alumnos desde primaria hasta el último curso mirando atónitos por las ventanas como si fuéramos de otro planeta, cómo todos nos saludaban y querían fotografiarse con nosotros.
Nunca había conocido gente tan hospitalaria, desde el primer día mostrándonos su mundo, su gastronomía, sus folklore, su pueblo, su colegio, siempre atentos a nuestras necesidades hasta el último día, cuando de noche, tras una gran nevada, vinieron al hotel para despedirse de nosotros por cuarta vez.
Estoy muy agradecida por haber podido formar parte de este proyecto, de esta aventura que ha marcado la vida de todos los que hemos acudido. Me siento afortunada por haber tenido esta oportunidad, por tan buenos compañeros de viaje y por haber aprendido tanto."