En el transcurso de una Eucaristía celebrada en la Iglesia Parroquial del Corpus Christi el pasado miércoles 22 tuvo lugar esta tradicional práctica piadosa que data del siglo XI y nos recuerda la humildad de la condición humana.
El miércoles de Ceniza marca el comienzo de Cuaresma, tiempo de preparación de cuarenta días anteriores a la Semana Santa. El ayuno y la abstinencia son conceptos poco en boga en nuestros días, de hecho habría que aclarar incluso su significado en muchos ambientes.
Es bueno conocer la gran diversidad de opciones existentes para tratar ciertas dolencias sociales, de las que finalmente la juventud suele resultar más victima que culpable.
Es bueno conocer la gran diversidad de opciones existentes para tratar ciertas dolencias sociales, de las que finalmente la juventud suele resultar más victima que culpable.
La reflexión y el autocontrol, enmarcados en una conciencia responsable, son invitaciones a mejorar nuestra talla como personas que quieren construir un futuro más justo.
Ese espíritu de conversión fue recordado uno a uno mientras nos marcaban con ceniza el signo de la cruz en la frente.
Por cierto, quien desconozca la procedencia de esa ceniza, debe saber que se trata de los restos de quemar parte de los olivos que se usan en las procesiones del Domingo de Ramos.