Es un tema recurrente, cada vez que se aproximan las fechas de exámenes la polémica sobre la obligatoriedad de acudir a clase está servida.
El Reglamento de Régimen Interior del Colegio recoge con claridad este asunto y desde hace años existen una serie de disposiciones tendentes a evitar el absentismo del algunos durante determinadas horas anteriores a la convocatoria de la asignatura que sea. De esta manera el alumnado de Bachillerato sabe que el día que tiene lugar cualquier examen parcial hay obligatoriedad especial de asistir desde las 8:00 a.m., de lo contrario se pierde el derecho a realizar la prueba.
Estamos a pocas horas de que comiencen los trimestrales, la tensión aumenta y algunos llegan a agobiarse; es el momento en que se perciben ciertas faltas de asistencia, contadas, es verdad, pero que despiertan la incomodidad de muchos compañeros que piensan que esa ausencia obedece a la preferencia de quedarse en casa estudiando, argumentando a los padres que eso es lo que más les conviene. El resto del grupo detecta rápidamente este tipo de conductas y presenta sus quejas por el agravio que supone.
Para los unos y para los otros, presentes y ausentes, dedico algunas observaciones:
1. Que hay determinadas acciones que perjudican el compañerismo y la cohesión del grupo.
2. Que si la falta está justificada documentalmente por la familia –sin falsedad, ni suplantación de personalidad- no hay nada más que hablar.
3. Que no está nada claro que faltar un día previo al examen beneficie a ningún alumno; bien al contrario se pierde la exposición de unos contenidos que pueden resultar claves. Y generalmente el profesorado se ocupa de que así sea.
4. Que formamos parte de un mismo grupo que se conoce desde la infancia, que las maniobras poco éticas siempre se terminan descubriendo y que ello evidencia cierta falta de principios y de sentido de la responsabilidad.
Ese fue el tema de la última sesión de Proyecto Integrado, donde se formularon interesantes cuestiones: ¿Y si todos hiciésemos eso mismo?, ¿se puede justificar lo injustificable?, ¿es conveniente que los profesores den contenido a examen hasta el último día?, ¿deben hacerse los trimestrales en tres días sin cortar las clases?
Decía Oscar Wilde que el primer paso hacia el fracaso es intentar agradar a todo el mundo; nuestro colegio presenta una oferta clara y perfiles bien definidos en cuanto a organización y funcionamiento, asumirlos en la parte que a cada cual le corresponde es un ejercicio de coherencia que nos fortalece como comunidad educativa.
Es el momento de concentrarse para afrontar el primer gran asalto con garantías de éxito, pero siempre respetando las reglas del juego. Por último, pensad que dentro de un año exactamente el volumen de los exámenes que ahora tanto teméis, os parecerá anecdótico.