El verano de 2011 pasará a la historia de miles de jóvenes marcado por las experiencias vividas en torno a la Jornada Mundial de la Juventud que tuvo lugar en Madrid en el mes de agosto, como un evento que adquirió una dimensión mundial y cuyos frutos ya comienzan a recogerse. No fueron solo las cifras, sino el por qué. En este sentido traemos al blog la crónica de los días vividos allí por los jóvenes de La Presentación.
Redactada por ellos mismos en primera persona, es de destacar que todos los que participaron por el colegio de Málaga, en edad escolar, pertenecen a nuestro grupo de 2BAC.
“En la mañana del 15 de agosto estábamos todos preparados con nuestras maletas llenas de camisetas y mucha ilusión para vivir una nueva experiencia.
Cuando unos meses antes decidimos embarcarnos en esta aventura, nuestras expectativas eran muy diferentes a lo que nos encontramos cuando llegamos a Madrid. Nosotros esperábamos algo más parecido a un campamento, por el contrario, estaba todo demasiado programado, apenas teníamos un rato libre.
Preparábamos la llegada del Papa con eucaristías, charlas, catequesis y juegos relacionados con su visita. Así como el sacramento de la confesión, que tuvo lugar en el Parque del Retiro un día antes de la esperada llegada.
El jueves fue un día muy intenso, largo, caluroso y agotador, pues estuvimos esperando durante ocho horas a pleno sol la llegada de S.S. el Papa Benedicto XVI. Aun así, la espera se hizo más amena gracias al buen ambiente, la animación por parte de los organizadores y el agua que nos echaban los bomberos. Cuando por fin llegó el Papa, este nos dio la bienvenida a la JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD y nos agradeció habernos reunido en el nombre de Cristo, que es el que nos convoca, en su figura.
Tuvimos la suerte de poder contemplar el vía crucis en el que participaban 15 cofradías, entre ellas dos de Málaga (prendimiento y mena). Para ello tuvimos también que luchar contra el calor y algunas horas de espera.
Al finalizar el rezo del Vía Crucis el Papa se dirigió de nuevo a los jóvenes, en este discurso nos invitaba a ser cirineos de los demás y a imitar a María, que siempre estuvo con su hijo, del mismo modo que nosotros siempre tenemos que mostrar nuestro apoyo y disponibilidad para con lo demás.
Nuestro último día y a nuestro parecer, el mejor, lo pasamos en Cuatro Vientos. Fue increíble ver como tanta gente procedente de todos los rincones del mundo pasábamos la noche juntos por un mismo motivo: el encuentro con Dios; así como la bendición de Benedicto XVI y la experiencia de estar todos juntos luchando contra todo lo que nos viniese (insectos, viento, lluvia y toda clase de contratiempos de ultima hora). Por fin cuando pudimos continuar con la celebración el Papa nos dirigió unas palabras muy emotivas, dio las buenas noches y rezó por nosotros para que pudiésemos descansar.
Tras una intensa noche, a la mañana siguiente las palabras del Santo Padre volvieron a ser muy emotivas, pronuncio un discurso cercano y lleno de alegría que llego al corazón de todos nosotros. Finalmente nos dio su bendición y nos invitó a la próxima jornada mundial de la juventud en Brasil.
La verdad que todos acabamos muy contentos, nos llevamos un muy buen recuerdo, muchos amigos y una imagen del Papa nueva, alegre; de bondad y cercanía. En general, la experiencia ha sido magnífica, provechosa, única e irrepetible; bueno irrepetible por ahora porque ¿Quién sabe? ¡Quizás volvamos a reencontrarnos en la jornada mundial de la juventud en Río de Janeiro 2013!”